La llegada de nuevas empresas, una rápida profesionalización y mejoras tecnológicas son algunos de los factores que han permitido que la industria acuícola brasileña creciera un 123 % entre 2005 y 2015.
En esos diez años, la producción de este sector pasó de 257.000 a 574.000 toneladas de pescado, según un estudio realizado por investigadores del EmbrapaPesca y Acuicultura (Tocantis), presentado en la conferencia del Instituto Internacional de Economía y Comercio Pesqueros (IIFET) celebrada este año en Aberdeen, Escocia.
El buen desempeño de la acuicultura brasileña ha despertado el interés de grandes instituciones financieras, como el banco Rabobank, el mayor financiador global del sector agrícola. Esta institución holandesa y el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) consideran que Brasil es un jugador importante en la acuicultura mundial, y lo sitúan en nivel similar al de los países con tradición en esta industria, como Chile, Vietnam y Noruega.
En la actualidad, Brasil ocupa el puesto 14 en términos de mayor producción de la acuicultura en el mundo, de acuerdo a la FAO.
Los autores del informe registraron la entrada de grandes empresas privadas en la cadena de la acuicultura brasileña.
En este sentido, destacan que el municipio de Selvíria en Mato Grosso do Sul, recibió una inversión de BRL 160 millones (USD 48 millones) en un complejo que incluye una fábrica de piensos, un vivero y centro de engorda y una planta de procesamiento de tilapia.
En Tocantinópolis (TO) se construyeron una planta de pienso y estanques de engorde para la cadena de cachama y pintado, especies que también se producen en Sorriso (MT), donde se invirtieron BRL 22 millones (USD 6,6 millones) en frigoríficos y fábricas de pienso para pescado. Y en la ciudad de Almas, Tocantins, que se ha convertido en el polo acuícola de este estado, cuenta con instalaciones para el engorde y procesamiento de cachama, pintado, matrinxã, piau, curimba y arapaima.
El estudio también destaca la reciente fusión de dos grandes empresas procesadoras de pescado brasileñas: Geneseas y DellMare. La nueva compañía, anunciada a mediados del mes pasado, está vinculada con un fondo de inversión centrado en la agroindustria y producirá 12 toneladas de tilapia al año y 3 toneladas de langostino blanco (Litopenaeus vannamei).
Asimismo, el estudio identificó un aumento en el precio de los piensos y la estabilización en el precio del pescado en el país durante el período analizado.
“Si el aumento de la producción acuícola nacional continúa al ritmo del 10 % anual, se espera que esta tendencia de estabilización de los precios del pescado permanezca al menos en el corto y mediano plazo”, señala el investigador Manuel Pedroza, uno de los autores del estudio. En su opinión, el precio de los productos importados ejerce una fuerte presión para mantener el pescado de Brasil a precios competitivos.
Además de la inversión privada, la organización de los productores -en la forma de cooperativas, asociaciones y modelos productivos alternativos- ha ayudado a aumentar el nivel de producción del sector.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en 2015 la producción de peces de agua dulce fue la categoría principal dentro de la acuicultura brasileña, con una participación del 84 % de la producción total. La acuicultura marina aportó sólo el 16 % de la producción total, siendo sus principales especies el camarón (12%) y las ostras, vieiras y mejillones (4%).
La tilapia (Oreochromis niloticus) y la cachama (Colossoma macropomum) representan el 62 % de la producción nacional, de acuerdo con datos recogidos por el IBGE en 2016.
Fuente: www.fis.com