¿Es el tamaño de un buque equivalente a su nivel de sostenibilidad? ¿Son las áreas geográficas con alta presencia de pesca industrial igualmente dependiente de la actividad pesquera que las pequeñas comunidades de pescadores? Son algunas de las preguntas a las que el Comité Asesor Científico de la Cooperativa de Armadores de Vigo, Arvi, quiere dar respuesta en el informe “Flota Industrial Vs Flota Artesanal: Mitos y Realidades”. Una investigación que el Comité ha impulsado teniendo en cuenta la histórica confrontación entre la pesca industrial y artesanal, un tema de debate constante en foros del sector, pero que en opinión de los expertos del organismo asesor de Arvi “no tiene sentido”.Empezando por la propia definición de “pesca artesanal” -el informe incluye hasta tres diferentes recopiladas de FAO-, el documento considera necesario “arrojar luz” sobre diferentes aspectos de la “confrontación” entre ambos modelos. Al respecto, considera que existe “confusión” entre las definiciones de “pesca artesanal” y de “pequeña escala”, cuestión que, creen, la FAO debería resolver en el punto 14B de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Recordemos que esta semana se celebra, precisamente, la Conferencia Mundial de los Océanos en Nueva York, centrada en ese punto 14 relativo al ámbito marino.
Ni blanco ni negro, el Comité recuerda que “existe una enorme variedad de tipologías de flotas en el mundo, donde se engloban flota artesanal y flota industrial en el sentido estricto, y todo un elenco intermedio”. En el caso de Europa, por ejemplo todo buque que supere los 12 metros de eslora es “industrial”, aunque aquí se incluyan aquellos que “siguen procesando casi todo el pescado manualmente y venden sus pescados en fresco en las lonjas, compitiendo en muchos casos con las capturas de la llamada flota artesanal”.
Lo importante, indican, es que “el destino final de los productos es principalmente humano y el procesado sigue siendo en muchos casos manual”. En ambos casos, artesanales e industriales se enfrentan a realidades comunes. El reparto “desigual” de las cuotas es una de ellas. El informe hace referencia a la “subutilización” por parte de unos, “mientras que otros deben paralizar la actividad por no sobrepasar el cupo que le pertenece”. Son cuestiones que preocupan a la flota en conjunto, al igual que la obligación de desembarque de todas las capturas.
Las capturas artesanales no cubren la demanda
El Comité Asesor Científico Técnico concluye que la flota artesanal y la industrial “se complementan” en el suministro de pescado a la población y que ambas son necesarias para cubrir la demanda. En este punto, destaca que las capturas artesanales representan entre una cuarta parte y un tercio de las capturas mundiales. Teniendo en cuenta que su proporción alcanza el 85 % de la flota mundial, “por sí misma no podría dar respuesta a las necesidades mundiales”.
En el documento, los expertos de Arvi subrayan la idea de que menor tamaño no equivale a mayor sostenibilidad. “La sostenibilidad depende de la gestión, que debería de ir de la mano de una planificación basada en estudios científicos sobre el estado de los recursos”, indican. Y además, pretenden desmontar la idea de la “dependencia socioeconómica”, uno de los principales argumentos de los defensores del modelo artesanal. Así, apuntan que en los países desarrollados “existen muchas áreas que aún dependen en gran medida de los sectores primarios como la pesca”. Su desaparición afectaría a estas áreas en términos sociales, económicos y culturales, dicen, por lo que creen necesario “que la FAO estudie su inclusión en la definición de zonas altamente dependientes de la pesca”.