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Microbios marinos más grandes y con mayor velocidad de crecimiento debido a los microplásticos

A lo largo de los últimos años nos hemos hecho eco de informes sobre el impacto de los plásticos en tortugas y mamíferos, o especies de interés pesquero. ¿Pero qué hay de los microbios, en el nivel más bajo de la cadena trófica? Ahí se han centrado los científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Universidad de Viena.Los resultados muestran que estos residuos liberan carbono orgánico disuelto en el agua: hasta 23.600 toneladas métricas por año. La mayor parte de este carbono es consumido rápidamente por las bacterias marinas, las cuales ven estimulado su crecimiento, indica el CSIC. La investigación, liderada por Cristina Romera Castillo durante su contrato postdoctoral en la Universidad de Viena (Austria), ha contado con la participación de científicos del Instituto de Ciencias del Mar en Barcelona y del Instituto de Investigaciones Marinas en Vigo, ambos del CSIC.

“Hasta ahora se conocían los efectos nocivos de los residuos plásticos en animales, desde pequeños invertebrados a ballenas, pero se ignoraba cómo afectan a los microbios marinos, incluidas las bacterias”, explica Cristina Romera Castillo, que actualmente es investigadora postdoctoral ‘Juan de la Cierva’ en el Departamento de Oceanografía Física del Instituto de Ciencias del Mar (ICM).

El objetivo del estudio era cuantificar cuánto carbono orgánico proveniente de los residuos plásticos se libera al medio marino y qué consecuencias tiene para las bacterias. Para averiguarlo, el equipo realizó una serie de experimentos en los que distintos tipos de plástico flotando en agua de mar eran expuestos a la radiación solar durante períodos de una semana y un mes. Se utilizaron los tipos de plástico que se encuentran en mayor proporción en el océano: polietileno de alta y baja densidad

“Teniendo en cuenta que cada año se vierten al océano hasta 12 billones de toneladas de plástico, nuestros resultados sugieren que este plástico libera anualmente unas 23.600 toneladas métricas de carbono orgánico” señala Cristina Romera Castillo. En una segunda fase, se añadieron bacterias al agua de mar que contenía los compuestos liberados por el plástico. Se observó que tras cinco días las bacterias habían consumido el 60% del carbono orgánico disuelto liberado por el plástico. Además, en los casos en los que el plástico no había sido expuesto a la radiación solar previamente, las bacterias consumieron más carbono y crecieron más rápidamente. “Esto indica que la radiación solar produce cambios estructurales en los compuestos liberados por el plástico, que pueden inhibir el crecimiento de las bacterias”, indica Xosé Antón Álvarez Salgado, profesor de Investigación del CSIC en el Laboratorio de Geoquímica Orgánica del Instituto de Investigaciones Marinas.

La contaminación de los océanos por plástico es una de las principales preocupaciones ambientales en la actualidad. “Conocer los procesos físicos, biológicos y geoquímicos que marcan el destino final de estos plásticos es fundamental para entender su impacto en la salud de los océanos”, dicen los científicos.

 

Fuente: www.industriaspesqueras.com